Tomar café no solo es un consumir una bebida normal, para muchos de nosotros tomar café es un verdadero ritual. Un ritual con un gran componente social, apoyando a la comunidad de pequeños productores, siendo la mejor forma de ayudar a las familias en Colombia que trabajan sus pequeñas fincas de café y en la venta de su producto.
Hasta 500.000 pequeños agricultores cultivan granos de café en Colombia y es su único medio de vida.
Además, no ayuda que cultivar café sea una hazaña complicada por la orografía, que requiera mucho tiempo, con muy pocas cosechas por año, una o dos dependiendo de la zona y con el azote de un conflicto armado aún no resuelto.
Consumiendo café de especialidad, como el de Factoría 77, se crean vínculos comerciales con un trato más justo para el productor, recibiendo gratificaciones por la calidad. Más directo reduciendo el número de partes implicadas. Más humano, al conocer la historia que hay detrás de cada grano.